- Detenida por primera vez una mujer, una quiosquera que almacenaba pornografía
La pornografía infantil no entiende de clases sociales ni de profesiones, ni siquiera de sexo como acaba de evidenciar la última operación. La Policía ha detenido por primera vez a una mujer, una quiosquera de Segovia, soltera de 41 años, que reconoció a los agentes haber descargado conscientemente archivos pederastas de la red. Tras el registro de su casa se encontró abundante material almacenado en un disco externo.
Esta mujer es uno de los diez detenidos por la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), en la que se ha arrestado también a un electricista en paro de Alicante que grababa a su cuñada, una menor de 13 años, cuando la niña se duchaba o se aseaba. Había escondido una cámara en la rejilla de ventilación del baño y en un cesto de la ropa sucia sin que la cría tuviera conocimiento. En su declaración reconoció los hechos y en su ordenador los agentes encontraron varios vídeos en los que aparece. Ahora se investiga si los había distribuido en la red o incluso los había vendido. Pese a estas pruebas, el juez no ha ordenado su ingreso en prisión.
Sí lo hizo, en cambio, el juzgado de Cantabria encargado del caso donde se detuvo a otro de los pederastas; este hombre acumulaba gran cantidad de archivos, pero no había producido pornografía como el de Alicante. El doble rasero judicial aplicado resulta difícilmente entendible.
La Policía ha arrestado además a un inspector de Hacienda en Madrid, de 56 años, casado y con hijos, otro de los «consumidores» de imágenes de abusos a niños, a un taxista, a un barrendero, un informático, un jubilado y un mozo de almacén. «Hay de todo», resaltó el inspector jefe de la BIT Enrique Rodríguez.
El aspecto más novedoso de la operación «Atlas» es que se ha utilizado por primera vez una herramienta informática, llamada «GNUWATCH» (vigilante), que es capaz de localizar geográficamente a los usuarios que se descargan e intercambian estos archivos. «Este vigilante tiene una efectividad del cien por ciento», subrayó Rodríguez. El software localiza la dirección IP desde la que se ha realizado la descarga y la ciudad en la que actúa el pedófilo; a partir de ahí se busca el proveedor, con las herramientas habituales de investigación, hasta dar con el paradero del sospechoso.
El programa no solo busca y encuentra archivos con nombres de contenido pornográfico, sino que es capaz de rastrear el «hash» de estos archivos, una especie de «ADN» o número de serie que individualiza cada foto o vídeo que circula por Internet. Las detenciones se han producido en Alicante, Barcelona, Las Palmas, Cantabria, Ciudad Real, Guipúzcoa, Madrid, Pontevedra, Segovia y Vizcaya. Fuente ABC
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